Señor Presidente, tengo una mosca en mi sopa
No me gusta mucho la política, no al menos como para aprender a callarme la boca y a morderme la lengua para no decir algo inconveniente en contra del ideario de un partido político o poner a parir el argumentario que toque, sea del color que sea.
A estas alturas de la película la verdad no me apetece cambiar y aunque mi perspectiva ha cambiado mucho en los últimos años, hay cosas con las que no puedo, como en su día me indigné con la negación sistemática de la crisis empleada por Solbes en su debate con Pizarro, ampliada por el insensato Zapatero hasta más allá del sonrojo, ahora me parece ridícula la negación de lo que parece evidente por parte de Cospedal y Rajoy.
En cuanto a las formas, lo de la rueda de prensa del Presidente, sin estar presente personalmente y siendo transmitida a la prensa en un televisor, es cuando menos un esperpento.
No sabría encuadrar mis ideas que pudieran llamarse ‘políticas’, ni liberal, ni socialdemócrata, tampoco democristiano, para nada comunista, ni mucho menos anarquista o fascista y rechazo lo de rojo y facha, que aquello quedó muy atrás, ni una cosa, ni todo lo contrario.
Lo que tengo muy claro es que el sistema político español es defectuoso e insostenible, una estructura tan compleja requiere medios, no siendo suficientes los existentes en vía ‘legal’, por tanto sería lógico si se saltan las reglas y unos y otros financian sus partidos, campañas y políticos estratégicos con dinero opaco donado bajo manga, no entiendo porque ahora nos encandalizamos y los demás partidos tiran a matar sin sonrojarse, ellos muy probablemente han hecho algo similar con total seguridad, esa no es la cuestión y tal, que diría mi admirado Luis Aragonés, es normal que se financien, no es dinero robado, lo vergonzante no es el hecho de financiarse, no tienen más remedio si se quiere seguir con este sistema, otra opción es cambiarlo todo y adelgazar las estructuras de partidos políticos y ya puestos, de sindicatos, administraciones públicas, etc.
En USA hacen crowdfunding a lo bestia, es legal y perfectamente normal, la diferencia, que allí las donaciones son públicas y por tanto nadie oculta a quien apoya, aquí por el contrario se hace con ocultismo e hipocresía, lo cual se convierte en una subasta a tanto alzado el favor político y los sobres se convierte en un simple reparto de comisiones por lo que a cada uno toca en el business, convirtiendo la política patria en un sucio mercadeo, muy alejado de sus fines reales en los cuales el pueblo delega su soberanía en quienes deben velar desde lo público por los intereses de todos en contraposición al interes particular.
Y preguntareis por el dinero negro, claro, eso tiene una explicación, he encontrado una muy buena de José Antonio Bravo, un asesor fiscal valenciano con el que comparto puntos de vista profesionales en las redes sociales y en concreto explica cómo crear un circuito de dinero oculto con donaciones:
«Si tu organización recibe donaciones que sobrepasan el límite establecido legalmente (ingresos), y tú realizas pagos tanto de campaña como a dirigentes de la organización (gastos) con ese dinero, estás creando un circuito de dinero negro que está fuera del circuito contable legal. Ese dinero ni está en la contabilidad oficial, las donaciones se enmascaran con facturas por «gastos por estudios» por las empresas que reciben ingresos por gastos de campaña, además de con cierta ingeniería contable; los receptores de ingresos los guardan en sus cajas fuertes y los gastan en bienes de consumo de forma discreta, y el dinero sobrante se desvía a cuentas en el exterior. Nada aparece como oficial y todos ganan»
Esta si es la cuestión, financiar a una organización política no me parece mal, que un político tenga que tener un excelente sueldo me parece recomendable en función de la relevancia de su cargo y su dedicación, mejor pagar bien, debería evitar tentaciones corruptas, pero de ahí a cobrar dinero como si de un comisionista se tratara, organizar una red de blanqueo con ramificaciones en paises con secreto bancario, tributación preferente o directamente paraisos fiscales, hay mucho trecho.
Yo comparo, al autónomo al que le hacen pagar en la AEAT el 50% deducido de más en las facturas de combustible, más su correspondiente recargo y probable sanción, con los sobres de dinero no declarado que han quedado al descubierto y que por tanto constituyen un fraude fiscal realizado precisamente por los que deben vigilar y me asqueo, como si me hubiera caído una enorme mosca a mi sopa y no puedo evitarlo, tengo que decirlo, Señor Presidente, tengo una mosca en la sopa.
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